miércoles, 11 de septiembre de 2013

La luna está encendida

Chagall: En torno a ella.

Luna, contracción de lucina, forma del verbo luceo, lucere (brillar, iluminar). El verbo latino luceo provenía de la raíz indoeuropea leuk (brillar, iluminar).

Muchas palabras de nuestra lengua derivan del nombre del astro (para los griegos, Selene). Así, lunar es una mancha oscura más o menos redonda sobre la piel (se desconoce si se llamó así por su redondez, que recordaba a la de la luna o porque se pensaba que el lunar era causada por la influencia del astro sobre el niño aún en el seno de la madre).

Lunático es quien sufre locura no permanente sino por intervalos, como las fases de la luna.

Juan, mi hijo mayor, que no tiene tres años, me dijo una noche: “mira papá, la luna está encendida”, lo que tiene su mérito poético pues no había leído a Lorca ni escuchado a Camarón (bueno, esto sí). En homenaje a él va esta selección de músicas inspiradas por la luna:

Camarón (con Paco de Lucía y Tomatito) y, justo después, Carmen París, cantando el Romance de la luna.



Van Morrison y su Moondance.



Sting con su tema Sister Moon.



El gran Tommy Emmanuel interpretando Moon River y Blue moon.



 …y el Pierrot Lunaire de Arnold Schönberg.




Romance de la luna.

La luna vino a la fragua
con su polizón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
—Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
—Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
—Huye, luna, luna, luna,
que ya siento los caballos.
—Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

Federico García Lorca (Romancero gitano)

Ebrio de luna.

El vino que con los ojos se bebe,  
por la noche la luna nos derrama en oleadas 
y una marea inunda 
el sereno horizonte. 
¡Deseos, lúgubres y dulces, 
fluyen innumerables entre las aguas! 
El vino que con los ojos se bebe, 
por la noche la luna nos derrama en oleadas.
El poeta, guiado por su devoción,  
se embriaga con el sagrado licor,  
al cielo dirige su mirada arrebatada  
y vacilando, devora y sorbe  
el vino que con los ojos se bebe.  


Albert Giraud (Pierrot Lunaire).