miércoles, 5 de junio de 2013

Y los sueños, sueños son


Basilio, rey de Polonia, tiene encerrado  en un castillo a su hijo Segismundo, para evitar que pueda volverse contra él, pues así se lo ha augurado el oráculo. Allí crece el príncipe sin conocer su origen ni ver a nadie, excepto a su criado Clotaldo, hasta que un día, el rey, para probarle, le da un narcótico y le lleva a la corte. Al despertar, Segismundo obra bárbaramente, por lo que su padre vuelve a narcotizarle.  De nuevo en el castillo, Segismundo cree que todo ha sido un sueño.

Auténtico drama de idas y encrucijada de problemas filosóficos, La vida es sueño aborda asuntos de plena vigencia: la educación en la vida del hombre; el poder de la voluntad frente al destino…

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!

¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;

sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida?  Un frenesí.
¿Qué es la vida?  Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.