jueves, 16 de mayo de 2013

Dos maneras de honrar a Haendel


Un aria espléndida, “Lascia ch’io pianga” (“Déjame que llore mi cruel suerte, y que suspire por la libertad. Que el dolor rompa estas cadenas de mis martirios sólo por piedad), perteneciente a la ópera Rinaldo de Haendel, en dos versiones muy diferentes pero geniales, la del contratenor francés Philippe Jaroussky y la del pianista norteamericano Uri Caine y el trompetista italiano Paolo Fresu. Ambas imprescindibles,