miércoles, 6 de marzo de 2013

Dos formas de homenajear al jazz


Dos formas de homenajear al jazz de dos talentos contemporáneos: el literario de Julio Cortázar y el cinematográfico de Spike Lee, ambos con el saxofón como protagonista.

El propio Cortázar reconoció haber escrito “El perseguidor” al conocer la noticia de la muerte de Charlie Parker. Escrito en primera persona, casi a modo de diario, por Bruno V., crítico de jazz, biógrafo y amigo de Johnny Carter, no deja de ser una biografía ficticia de Charlie Parker (Johnny Carter es Charlie Parker; Lan es Chan; la marquesa Tica es la baronesa Pannonica de Koenigswarter, Nica; y Bee, la hija muerta, es Pree). Parece ser que este relato se adaptó al cine en 1965 (dirigida por el argentino Osías Willensky). No he podido ver esta adaptación, pero sí recomiendo la narración de los últimos años de vida de Johnny Carter, un saxofonista “que quiere moverse en un tiempo diferente al común a través de la música. Como contrapartida, el narrador -Bruno- pretende llenar las páginas en blanco con lo que siente al escuchar sus temas preferidos. Uno improvisa, lleva una vida desordenada de drogas y alcohol. Otro, metódico, representa la realidad, la estabilidad de un trabajo más o menos rutinario, casado, y de un cierto puritanismo que él mismo reconoce. La libertad y las cadenas se miran de frente y dialogan a través de la escritura y el sonido”, como explica Albert Lladó en Revista de Letras.

Y cuando Johnny se pierde como esta noche en la creación continua de su música, sé muy bien que no está escapando de nada. Ir a un encuentro no puede ser nunca escapar.
 
(Bruno V.).

En "Mo´ better blues," el protagonista es Bleek Gilliam (fantástico Denzel Washington), trompetista de estricta formación, que lidera junto al saxofonista Shadow Henderson (sorprendente Wesley Snipes) un quinteto de jazz que actúa en un club de los bajos fondos bajo la gestión de un agente adicto a las apuestas (el propio Spike Lee) llamado Giant.

Inolvidable la escena en la que Gilliam y su banda interpretan este sencillo pero delicioso tema de Branford Marsalis: