viernes, 13 de diciembre de 2013

Perro semihundido


Recuerdo haber visto este cuadro en el Prado hace unos seis años y la impresión que me causó. Procede de la Quinta del Sordo y fue donado por Goya, antes de partir para Burdeos en 1823, a su nieto Mariano. Vendida por éste a Javier Goya, en 1833, retornó a la propiedad de Mariano en 1854. En 1859, la posesión fue vendida a Segundo Colmenares. En 1863 la adquirió Louis Rodolphe Coumont y en  1873 pasó a manos del barón Frédéric Emile d´Erlanger, quien encargó el inmediato traslado de las pinturas murales a lienzo en 1878, en la exposición Universal de París, para su posible venta. En 1881, d'Erlanger las cedió al Estado español, que las destinó al Museo del Prado, donde se expusieron desde 1889.

Según podemos leer en la página web del Museo, el conjunto de catorce escenas al que pertenece esta obra se ha popularizado con el título de Pinturas Negras por el uso que en ellas se hizo de pigmentos oscuros y negros y, asimismo, por lo sombrío de los temas.  Decoraron dos habitaciones, en las plantas baja y alta, de la conocida como Quinta del Sordo, casa de campo a las afueras de Madrid, junto al río Manzanares, conocida por ese nombre antes de su adquisición por Goya en 1819. Se conocen fotos del conjunto in situ, realizadas hacia 1873 por el fotógrafo francés Jean Laurent (1816-1886), y se incluyeron por primera vez en el catálogo del Museo del Prado de 1900. La casa fue derribada hacia 1909. Las Pinturas Negras se pintaron directamente sobre la pared seca, no al fresco, y en la mezcla de los pigmentos se utilizó el óleo. Con anterioridad, en algunos de los paños de los muros, en ambos pisos, hubo otras escenas de difícil interpretación, posiblemente paisajes de colorido claro con pequeñas figuras, puestas de manifiesto por las imágenes radiográficas tomadas en el Museo del Prado en 1983.  Esta escena se tituló "Un perro",  en el inventario de las obras en propiedad del hijo de Goya, redactado en fecha indeterminada, a mediados del siglo XIX, por el pintor Antonio Brugada (1804-1863), que regresó a Madrid en 1832 del exilio en Burdeos. Se describió, y en este casó se ilustró, por primera vez, junto con el resto de las escenas, en la monografía de Charles Yriarte sobre el artista, de 1867, con el título de "Un perro luchando contra la corriente". Decoraba una de las paredes laterales en la sala de la planta alta de la Quinta del Sordo, junto con una escena titulada "Dos brujas", atribuida por Yriarte a Javier Goya, adquirida más adelante por el marqués de Salamanca y en la actualidad, no localizada. No la describe P. L. Imbert en su libro Espagne. Splendeurs et misères. Voyages artistique et pittoresque, de 1876, que visitó la Quinta en 1873, antes de su adquisición por el barón Émile d´Erlanger. En el catálogo del Prado de 1900, se le dio el título de "Perro semihundido".