lunes, 19 de noviembre de 2012

Senecio. Paul Klee.


1922
Óleo sobre imprimación de yeso sobre gasa sobre cartón, 40,5 x 38,4 cm.
Basilea, Kunstmuseum.

Senecio, por distintos motivos, es mi cuadro predilecto de Paul Klee. Rozando la abstracción pero sin despreciar del todo lo figurativo, es destacable la habilidad en el uso de las líneas y figuras geométricas. El título hace referencia a una flor venenosa y también al filósofo Lucio Anneo Séneca. Se ha querido ver en este óleo una reinterpretación del Arlequín, puesto que el mundo del teatro y la ambigüedad de la representación artístico fueron del gusto de Klee.

Pintor suizo, acuarelista y aguafuertista, Paul Klee está considerado como uno de los representantes más originales del arte moderno. Siguiendo un estilo artístico específico, creó una serie de obras famosas por parecer imágenes de ensueño fantástico, ingenio e imaginación. Ciudadano alemán, Klee vivió la mayor parte de su vida en Suiza. Nació en Münchenbuchsee, cerca de Berna, Suiza, el 18 de diciembre de 1879, pero en 1898 se trasladó a Munich donde estudió arte en una escuela privada y en la Academia de Bellas Artes de la ciudad. Sus primeros trabajos fueron estudios para paisajes realizados a lápiz que muestran la influencia del impresionismo. Hasta 1912, realizó incluso aguafuertes en blanco y negro, las insinuaciones de fantasía y sátira de estos trabajos muestran la influencia del expresionismo del siglo XX, así como de los maestros grabadores Francisco de Goya, y William Blake. Entre los años 1920 y 1931 Klee fue profesor en la Bauhaus, la escuela alemana de arte más vanguardista. Un viaje que realizó a África en 1914 le hizo descubrir definitivamente el color y marcó el comienzo de su estilo maduro, en el que llegó a declararse poseído por el color. Durante los siguientes 20 años, sus pinturas y acuarelas mostraron el dominio de unas armonías cromáticas delicadas y de ensueño, que generalmente usó para crear composiciones sencillas y semiabstractas o incluso efectos que las asemejan a mosaicos, como en Pastoral (1927, Museo de Arte Moderno de Nueva York). Klee fue también un maestro del dibujo y muchos de ellos son complicadas líneas con un contenido que deriva de una imaginería fantástica o ensoñada, describió la técnica de estos dibujos como sacar a pasear una línea. En Máquina temblorosa (1922, Museo de Arte Moderno de Nueva York), por ejemplo, con sus elementos fluidos, metálicos, como pájaros, creó una composición de formas lineales y circulares interconectadas, con un efecto evocador mucho más importante que lo que la propia obra significa. A partir de 1935, afectado por una enfermedad progresiva, la esclerodermia, Klee adoptó un estilo claro, sencillo, caracterizado por líneas gruesas como de carboncillo y grandes áreas de colores matizados. Sus temas artísticos durante este periodo adoptaron un tono pesimista y dramático, como en La Muerte y el Fuego (1940, Kunstmuseum, Berna, Suiza). Klee murió en Muralto, Locarno, Suiza, el 29 de junio de 1940. Su obra influyó en los surrealistas posteriores, así como en los artistas no objetivos, y fue una fuente de inspiración fundamental para el nacimiento del expresionismo abstracto.