lunes, 17 de diciembre de 2012

Absenta, el afrodisíaco del alma.


  • DRÁCULA: " Absenta; es el afrodisíaco del alma. El hada verde que vive en la absenta quiere tu alma, pero tú estás a salvo conmigo. "

  • MINA: "Háblame, príncipe, háblame de tu hogar. "

  • DRÁCULA: "El lugar más hermoso de toda la creación."

  • MINA: "Sí, tiene que serlo. Una tierra más allá de un bosque grande y vasto, rodeada de montañas majestuosas, ubérrimos viñedos, flores de tal fragilidad y belleza como no se encuentran en ningún sitio."

  • DRÁCULA: "Has descrito mi lugar como si lo conocieras perfectamente."

  • MINA: "Es tu voz, tal vez. Es tan familiar. Es... como una voz en un sueño que no puedo situar, y me conforta..."

  • AMBOS: "…cuando estoy a solas."

  • MINA: "¿Y qué me cuentas de la princesa?"

  • DRÁCULA: "¿Princesa?"

  • MINA: " Siempre hay una princesa con deslizantes vestidos bancos y su rostro, su rostro es un río. La princesa es un río lleno de lágrimas de tristeza y congoja."

  • DRÁCULA: " Hubo una princesa,...Elisabetta. Era la mujer más radiante de todos los imperios del mundo. El engaño humano se la arrebató a su antiguo príncipe, saltó hacia su muerte en el río del que has hablado. En mi lengua materna se le llama Arges: río, Princesa. "

 

La escena de la absenta es una de mis favoritas de la obra maestra de Coppola, “Drácula de Barm Stoker”, con la impresionante banda sonora de Wojciech Kilar. Curiosamente, también siento debilidad por el cuadro “La bebedora de absenta” de Edgar Degas. Poco más tienen en común, aunque es cierto que Bram Stoker y Degas fueron coetáneos.

De Degas se ha dicho que es el pintor más superficialmente ligado a los impresionistas y el que termina en unas posiciones más alejadas de sus supuestos. Al contrario que éstos, Degas considera que la forma tiene valor en sí misma y no como motivo cambiante según las condiciones que percibe nuestra retina. Su interés plástico por el movimiento, expresado a través del tema de las bailarinas, le permitió investigar el cuerpo humano y el problema de la forma en el espacio.

 


A las complejidades planeadas en sus lienzos se añaden sorprendentes ángulos de visión en la captación de las formas, bajo el influjo evidente del enfoque que proporciona la cámara fotográfica y de la estampa japonesa, elementos que en Degas tuvieron mayor incidencia que en el resto de pintores impresionistas. En este sentido, corta las escenas de manera aparentemente arbitraria y los puntos de vista de sus composiciones son insospechados y novedosos, con picados o contrapicados y diagonales marcadas. Es un pintor de figuras, aunque su interés en ellas se centra en el estudio del movimiento instantáneo de la luz así como del propio cuerpo.

En su última época, abandona la técnica impresionista, evolucionando hacia la reconstrucción formal. Emplea preferentemente la técnica del pastel, que le permite una mejor captación de la instantaneidad y de las calidades táctiles y que le lleva a una recuperación progresiva de los volúmenes. Esta preocupación determina que en su última etapa se dedique a la escultura, en esa búsqueda del volumen. La bebedora de absenta (1899) es una de las obras más sugerentes de Degas. con la soledad como tema y como sentimiento, la figura de la bebedora no es elegante como las bailarinas y su mirada parece perdida posicionada ante el vaso de absenta, la bebida del París de las vanguardias.

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